Existe una importante -aunque no suficientemente apreciada-relación entre motociclismo y arte. Distintos artistas, como David Mann, Cinzia Cuadri y Just Jaeckin, inmortalizaron diferentes modelos de motocicleta, en expresiones tan variadas como el dibujo coloreado, el cómic o la fotografía. A su vez, diversas exposiciones en importantes museos estuvieron centradas en vehículos de esta marca, como materia artística. Es de recordar, muy especialmente, la exposición realizada en el año 2000 y cuyo eje expositivo estuvo centrado en “El arte de la motocicleta”, manteniéndose abierta durante diez meses, en el museo Guggenheim de Bilbao; esta exposición fue la más exitosa de su historia, con 870.000 visitas. Es importante tener en cuenta este vínculo cada vez más fuerte de la marca con la actividad museística ya que, en nuestro país existen distintos coleccionistas de motos históricas o de un diseño y factura considerable. Uno de estos coleccionistas ha creado un salón de exposición, a manera de museo, que está abierto al público y donde se pueden ver más de 30 ejemplares de distintas épocas. En el campo del cine, las motos encuentran un espacio realmente protagónico en films históricos y de referencia como “Busco mi destino” (Easy Rider).
El proyecto busca materializar una exposición, un catálogo y un conjunto de eventos asociados (conferencia, taller y visita a coleccionistas con guías especialmente formados en la materia). Para la exposición se entiende necesaria una conjunción de fotografías y piezas singulares del motociclismo que se potencien entre sí con un espacio muy caracterizado por su vanguardismo arquitectónico: el aeropuerto de Carrasco.